sábado, agosto 27, 2005

FOTOS Y RELATOS DE ESCALADA:

Perú / Cordillera Blanca. Julio 2005

Ascenso al Chopicalqui (6354m)

El viernes 15 de julio partimos desde Rosario Fernando Arranz y yo, Juan Pablo Gustafsson. Glauco Muratti, quien debía venir con nosotros, se había destruido un tobillo 6 días antes de la partida en un accidente tan doméstico como inoportuno.
Durante años conocimos las montañas de Perú a través de los viajes de nuestros amigos, quienes escalaron allí en varias oportunidades, ahora había llegado nuestro turno. El cerro elegido fue el Chopicalqui, de 6354 m, del cual en un principio no teníamos demasiada información, salvo un par de fotos* del enorme labio de hielo y el filo que conforman su cumbre. La belleza de esas imágenes terminaron de seducirnos.

(*son las 2 primeras fotos de este relato)

A la 1 de la mañana del sábado 16 aterrizábamos en la ciudad de Lima de la que huimos literalmente hacia Huaraz ni bien se hizo de día, haciendo los 400 km que nos separan hacia el norte en ómnibus. El pasaje se saca con pasaporte en mano y una vez arriba del coche pasa una persona filmándole la cara a todos y cada uno de los pasajeros. La inseguridad y el mal servicio en el transporte son moneda corriente.
Hacia la tarde comenzamos a internarnos en lo que se denomina el Callejón de Huaylas, valle recorrido por el río Santa con orientación nor-noroeste-sur-sureste enmarcado al este por la Cordillera Blanca y al oeste por la Cordillera Negra. En este valle se asientan las principales poblaciones de la región. La Cordillera Blanca es conocida en todo el mundo por su belleza y por concentrar la mayor cantidad de seismiles en todo el continente americano. Se cuentan 32 montañas de mas de seis mil metros de altitud en una extensión de 180 km.


Huaraz es la capital del departamento Chavín, paso obligado de escaladores de todo el mundo y también ciudad de las bocinas. Allí suena una bocina, con un intervalo máximo de dos segundos. También es la ciudad inconclusa. Todas las casas tienen los hierros de las columnas apuntando al cielo, esperando un próximo piso que nunca se construye, es muy pintoresca, sobre todo por la vida de sus calles y sus ferias. Fue reconstruida luego del terremoto de 1970 y conserva muy poco de su trazado y edificios originales. Este terremoto es amargamente recordado por los peruanos porque no solo destruyó muchas ciudades sino que el movimiento provocó que la nieve acumulada en las laderas de los cerros Huascarán Norte y Huascarán Sur se desprendiese completamente, formando un alud de piedra y barro que arrasó a la ciudad de Yungay, sin dar tiempo de nada a sus pobladores. Fueron sepultados en pocos minutos ésta y sus 70000 habitantes. Hoy, Yungay se levanta nuevamente desplazada 1 km hacia el norte, en zona mas segura y tiene 150000 habitantes.
El lunes 18 luego de preparar todo lo necesario hacemos el viaje de una hora en combi hacia Yungay. Una oprimente sensación me invade al atravesar el descampado que hay en el sitio donde se levantaba la antigua ciudad.

Otra combi nos lleva directamente hacia nuestro objetivo, la Quebrada Ancash, recorriendo la Quebrada Llanganuco en una larga subida. Pasamos por dos hermosas lagunas, la laguna Chinancocha y Orcococha.


Una vez en la entrada de nuestra quebrada Ancash y con la vista del imponente Chacraraju a nuestras espaldas, nos internamos entre la vegetación y en poco mas de media hora alcanzamos el campamento base. Un par de enormes carpas comedor, guías y porteadores, franceses, norteamericanos, austríacos, alemanes, etc. nos dan la bienvenida y nos confirman que esta no sería una escalada solitaria.
Había promesas de buen tiempo pero todavía no se estaban cumpliendo para nosotros. Por lo general, salvo en las primeras horas de la mañana los cerros se cubrían con nubes y teníamos sol de a ratos.
Comienzan a apreciarse toda variedad de montañeros. Están los que van solos, por las suyas, los súper veloces que van con lo puesto a hacer todo en dos días, los que van de a tres y tienen tres porteadores que les llevan todo el peso, con guía y cocinero, les arman las carpas y los llevan hasta la cumbre.
Un párrafo aparte merecen los porteadores y los guías peruanos. Era común verlos subir y bajar dos veces al día entre campamentos Morrena y Base alguno con mocasines
y camisa, cargados con bultos como heladeras en sus espaldas, con mochilas de estructura de caño, siempre saludando con una sonrisa y un comentario amable. Dignos descendientes de los Incas, pensaba yo, dueños de la montaña...
El Campamento Morrena se encuentra a 4900 m de altura con unas vistas fantásticas de los Huandoy, el Pisco, el Chacraraju, el Yanapaccha, el Caraz de Parón, el Artesonraju, nuestro Chopicalqui y los Huascarán. Casi nada...

Allí aclimatamos practicando un poco de escalada en hielo en el glaciar que baja desde el Chopi.

El sábado 23 comenzamos la subida hacia el Campo Uno, a 5600m sobre el glaciar, y ya en el arranque quedó demostrada la necesidad de tener el casco puesto, puesto hay un tramo pegado a una pared rocosa muy inestable que deja caer piedras continuamente. El paso por allí debe ser lo mas veloz posible. Luego de unas 5 horas y media de subida encordados cruzando y saltando grietas alcanzamos el Campo Uno. En un rato, los colores rosáceos del atardecer lo invaden todo y aprovecho para sacar unas lindas fotos. Estamos en un hombro de hielo flanqueado por una pared congelada de unos 50 m de altura por detrás nuestro. Entretanto, los Huascarán truenan cada menos de una hora con avalanchas de todos los tamaños.
El domingo 24, con luna llena, sin viento y con muchas ganas salimos hacia la cumbre a eso de las cuatro de la mañana. Al montarnos en un filo vemos hacia el sur en la llanura, como una estrella de mar gigante, las luces e Huaraz en la oscuridad de la noche, a la distancia. Mi compañero marca el paso y yo a los quince metros de cuerda que nos separan lo sigo sintiéndome en óptimas condiciones. Al mirar hacia arriba se dibujan plateadas las irregularidades y cornisas blancas que nos esperan. Hay mas de una cordada subiendo. Podemos ver claramente las luces de sus linternas frontales en medio de un tramo casi vertical, allá arriba cerca de la cumbre.
Cuando amanece, el espectáculo se hace grandioso. Nos toca subir unos resaltes de unos 40m de nieve dura a 60º-70º. Las posibilidades de caer son pocas ya que el paso de las anteriores cordadas deja marcadas y profundas huellas en la nieve, y además ponemos alguna estaca pero el riesgo objetivo es grande ya que una caída terminará indefectiblemente en el abismo de la cara sur del Chopi, hacia la Quebrada Ulta. Con mucha tranquilidad vamos alcanzando los tramos finales hasta que luego de un nuevo resalte un poco mas corto alcanzamos un filo desde donde la cumbre puede apreciarse con toda su majestuosidad. Estamos en un punto de no retorno desde el cual la visión de la cumbre anestesia todo agotamiento, toda posibilidad de desistir. Este último tramo fue para mí, de un disfrute enorme.
Pisamos la cumbre a eso de las 10 y media de la mañana. Nos abrazamos con Fernando y sacamos fotos, yo saco una vieja bandera argentina bajada una vez de la cumbre del cerro León Blanco en 1997 y la pongo al viento. La cumbre es algo sublime, un gigantesco merengue de hielo colgado a 6400m en el centro del escenario de la Cordillera Blanca...


Ya son casi las 11 de la mañana, las nubes rápidamente se acercan y comienzan a invadirlo todo, así que nos vamos para abajo. Tenemos que hacer dos rappeles que nos roban bastante tiempo, porque hay otra cordada bajando antes que nosotros.

El último es de unos 30 mts y lo hacemos desde una estaca de nieve que ya está puesta. Luego todo es bajar y bajar hasta llegar al Campo 1.
El cansancio es grande y el frío no se hace esperar, por lo que tomamos unos mates para hidratar y nos quedamos dormidos de tal forma que nos olvidamos de cerrar la carpa. Al otro día luego de esperar que el sol nos alcance, levantamos nuestras cosas, echamos un vistazo hacia arriba para observar y despedir la cumbre y con poca agua bajamos hasta el Campo Morrena para comprobar que el pequeño ojo de agua al lado del glaciar había desaparecido... No había agua por ningún lado.

Bastante deshidratados seguimos bajando hasta el campamento base, al que llegamos a la tarde. Con gran malhumor compruebo que una de mis piquetas se ha caído en la bajada. Final feliz, luego de reiniciar la subida casi a la media hora un chileno que viene bajando me ve y levanta la piqueta con su mano. Ahora si, podíamos volver a Huaraz tranquilos. A la noche estábamos comiendo arroz chaufa hasta morir, tomando cerveza Cusqueña y paseando por la ciudad con un cansancio tan grande como la felicidad misma que nos embargaba.

Un pensamiento queda en mi cabeza. Este cerro estaba bastante concurrido, al igual que muchos otros en Perú. La escalada de alguna forma termina eliminando gran parte de uno de sus componentes, la incertidumbre, pues las huellas eliminan toda posibilidad de equivocar la ruta y la información de quienes vienen de la cumbre igual. Esta queda reservada a vías menos visitadas y por lo general mucho mas peligrosas.

Aún así, estos cerros deparan duros retos y hermosos parajes y ya comienzan a invitarnos a pensar en nuevas escaladas.

Lo que sigue del viaje es otra historia, vuelo a Cuzco, tren a Machupicchu, dos dias en las ruinas. Pero eso es parte de otro cuento...



Juan Pablo Gustafsson

GRAM (Grupo Rosarino de Actividades de Montaña)
www.geocities.com/gramrosario

viernes, agosto 26, 2005

EL ORO DEL HUASCARÁN



Foto: Amanece sobre el Huascarán Norte (6654m) (der) y el Huascarán Sur (6758m) (izq). (Fotografía bajada de internet, previo al viaje a Perú.)




Esta es la historia de Julio, un guia de montaña peruano que conocimos en el Chopi y que reencontramos hoy en una placita de Huaraz. Trabaja de guia de montaña desde hace 25 años. Estoy escribiendo esto con el relato aún fresco en mis oídos porque me pareció una historia tan ingenua y tierna como increíble.. y no quería que el tiempo me borre algunos detalles. Estoy tratando de conservar hasta su forma de hablar lo mejor posible. "Yo desde joven busque de trabajar independiente. Nunca me gustó eso de tener un jefe, eso no era para mí. Cuando joven, ya a los 17 años habia aprendido a manejar porque me lo habian exigido para un trabajo temporario que tenia. Entonces, como yo sabia manejar, me propuse un día tener mi propio vehiculo y así ganar mi propio dinero. Luego de ahorrar mucho tiempo, compre mi camioncito, un Dodge. Hice transporte de todo tipo de cosas por mucho tiempo. Yo no tengo estudios secundarios, por eso a veces me faltan las palabras, no las encuentro. Por eso, un buen día, por un par de letras me sacaron el camión y me dejaron sin nada. Y ahora que voy a hacer yo, me dije? Y bien. Ya desde hacía años acá se sabia que en el Huascarán había oro y que los gringos estaban viniendo para llevarselo. Claro!.. si no para que venían, escalaban, se morían, es que nosotros sabiamos que se estaban llevando el oro de la cumbre. Yo recuerdo que le dije a un amigo, oye, vamos a ir para el Huascarán a ver que hacen los gringos, a ver como escalan y todo eso...y mas luego cuando aprendamos buscaremos el oro y nos haremos millonarios... Y con mi amigo nos fuimos hasta la base, acercandonos a mirar, y desde lejos espiabamos a los gringos.... En un momento nos hicimos unos bastones con unos palos y les pusimos una punta de hierro para ayudar en caso de resbalon. Llegamos a subir unos 20 metros por el glaciar de hielo, no mas. Pero cuando los vimos subir vimos que ellos llevaban en sus pies algo que nosotros nunca habiamos visto antes, lo que ahora se conocen como crampones. Mira, le dije a mi amigo, tienen uñas en los pies!!.... Entonces, nos fuimos involucrando con ellos, nos acercábamos, les ayudabamos a cargar sus cosas, y cuando nos decian "pero mira que no tenemos dinero", nosotros les deciamos que no lo estabamos haciendo por eso. Nosotros ibamos a ayudarles igualmente. Uno de ellos entonces nos dijo que nos quería dar algo y yo le dije, pues tu vendeme tus uñas. Quiero tus uñas. Y el hombre se miraba las manos!! jajja, y yo le decia, No!, las uñas de tus pies!!. Y ahi aprendimos que esas uñas se llamaban crampones, y a partir de allí comence a ayudar mas a los gringos, tu sabes, podía andar mucho mejor en el hielo y todo eso. Luego tambien tenia unas sogas que yo usaba para atar los animales,asi que con eso nos arreglabamos.. Entonces un día en que uno de ellos, no me acuerdo si franceses, o alemanes tuvo un accidente me piden que los acompañe al campo dos. Y yo que sabía que era el campo dos?? Era todo un misterio para mi, pues si, les dije yo. Y ellos me dicen, te vamos a dar unas chaquetas y abrigo, tu pasas la noche alla con nosotros. Pero yo me quería volver. Entonces me dan unas sogas y una chaqueta, pero no me dan bolsa de dormir, y no me dan nada mas de abrigo.. Esa noche estaba pasando tanto frio que le digo a uno de los compañeros, "me parece que esta noche yo ya no voy a vivir mas..." Pero que dices, hombre? Es que ya me esta dando tanto frio que no estoy podiendo vivir, yo ya no voy a pasar de esta noche... Entonces me pusieron en el medio de todos y así pude pasar al otro día. Pero el tiempo se habia puesto malo y algunos de ellos ya no podían seguir, asi que en un momento cuando la cosa mejora uno de ellos me dice, tu quieres escalar? Y yo digo, "si, claro", yo ya tenia mis crampones y todo eso, y me acuerdo que cuando salimos para la cumbre yo me encordé como pude..., yo no sabía nada de nudos asi que me ate la soga a la cintura asi nomás ellos me dieron mas abrigo y salimos hacia la cumbre.. Y llegamos, era el Huascarán norte.. Mas luego veo que ellos lloran y se abrazan... y yo tambien lloro, me abrazo, y todo eso... Ellos sacan fotos, y yo ya cuando dejamos de llorar, comienzo a pensar en el oro... Yo habia ideado un sistema para bajar todo el oro que pudiera. Iba a anudar las mangas de mi chaqueta, el cuello tambien, e iba a llenar con oro... Pero empiezo a buscar y no encuentro nada.. Me dicen, "y tu que haces?", y digo, pues el oro, busco el oro... Entonces me explican ellos que no saben nada de ningun oro... Te imaginas lo que eso significaba para mi?? Ya de bajada, en Yungay, digo a mis amigos, "oye, acabo de estar en la cumbre del Huascarán y no hay nada de oro" En cual, me dicen, ¿en la norte?!! Si, les he dicho Pero eres huevón!!!, me dicen ellos, el oro está en la cumbre sur!!...ves allí?, alli donde hace como una ollita, en la cumbre?, bueno, alli está el oro!!! Y al cabo de un tiempo me encuentro tratando de subir el Huascarán Sur con otros gringos. Cuando llegamos, ootra vez lllantos, abrazos, fotos, y todo eso, pero cuando busco el oro, nada... Y como iba yo a ser millonario ahora? Entonces ya en esa epoca los gringos nos solian dar dos, tres, cinco dolares por ayudarles con sus cosas, y ya eramos muy conocidos por ellos. Cuando llegabamos aca y los cambiabamos nos daban así de billetes por esos dólares, entonces ya era mas bueno para nosotros. Y llega luego un llamado del gobierno para un programas de guias de montaña, y ya me dicen, ¿por que no te anotas tu, que hace tantos años que estas en los cerros?, y bueno, al final lo hice y me hice guia de la AGMP. Y luego ya me olvide del oro del Huascarán, y ya hace veinticinco años que soy guia. Pienso que nada de lo que me ha pasado ha de ser casualidad. Yo no estuviera tantos años haciendo este trabajo que me gusta tanto si no hubiera sido por el oro... Y contento fue terminando lentamente su vasito de cerveza mientras sonreía inalterable.
Foto: Julio rappelando en el Chopicalqui, descendiendo con una pareja de españoles que llevo a la cumbre. Al fondo, el Huascarán Norte. Juan Pablo Gustafsson

GRAM (Grupo Rosarino de Actividades de Montaña)